A lo largo de mis 64 años, he ido acumulando experiencias, unas más positivas que otras, pero en general estoy contenta, no me puedo quejar.
Las mayores alegrías en esta etapa de mi vida me la dan mis nietos. Y creo que yo también represento para ellos cariño y alegría.
Les cuento anécdotas de mi juventud, les doy consejos, y lo más importante: nos damos amor
Ellos quieren que me vaya a vivir a su casa en Segur de Calafell, pero cuando eres mayor, no es fácil dejar tu casa, tu pueblo, tus raíces, es decir donde has vivido la mayor parte de tu vida. No me decido a dar ese paso, a pesar de que me encanta estar con mis nietos.
Cuando estamos juntos nos lo pasamos muy bien; jugamos a cartas, jugamos con los perros, damos paseos por el pueblo… y siempre les cae alguna cosilla.
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