Los valles paradisíacos de nuestra mente
donde los amores vuelan sobre montañas,
donde brotan caudalosas aguas cristalinas
mientras duerme el aroma de las plantas,
enverdecidas con los juegos infantiles
de los revoltosos niños,
y el alegre caminar de los enamorados
y los charloteos de los mayores.
Todo esto se llama riqueza humana,
sus jardines con sus naranjos
y sus flores de azahar,
noches aromáticas .
El amor no tiene barreras, gracias a él,
la vida es mas afectiva y equilibrada.
Nunca lo había sentido tan cerca de mi piel
pues lo llevé conmigo hasta los limites.
Manolita Moreno García
Participant
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